Querido Papa Roy,

Hay tantas cosas que quería preguntarte, y ahora que no estas, temo que nunca sabre las respuestas. Pero yo se adonde estas y se que en las manos del Messiah estarás mucho mejor que en esta tierra tan imperfecta. Quiero agradecerte por criar un hombre como mi papa. Nunca tuve el chance de decírtelo en persona, pero su hijo es un gran hombre, fuerte, sabio y súper creyente en el señor. Y te debió de haber querido mucho porque nunca he visto un hombre llorar como el cuando supo que ya habías pasado a la próxima etapa. Y la verdad es que estamos todos muy tristes, pero confío que el Padre Celestial te llevo porque de verdad te necesitaba por el otro lado. Quiero que sepas que te queremos muchísimo y que pensé en ti todos los días. Y quiero testificarte sobre el evangelio de Jesús Cristo, que es verdadero y que el vino a este mundo para que todos podamos regresar a nuestro Creador. Quiero testificar acerca el profeta José Smith que restauro la iglesia en esta tierra para que podamos estar juntos como familia para todas las eternidades. Que misericordioso es nuestro Padre, que nos da este conocimiento! Papa Roy, quiero agradecerte por la sangre que corre por mis venas, quiero agradecerte por mi linaje, quiero agradecerte por todos los momentos cómicos que pase con tigo. Como recuerdo tus peos, que olían tan horrible! Y que lo hacías apropósito para medir las reacciones de los demás! Que chistoso eras! Ese sentido de humor nunca se me olvidara. Tanbien me recuerdo como corrías! No puedo creer que solo hace un año paraste de correr, a los 77 años! Viviste una vida llena y admiro eso de ti. Y que gozo que puedas estar con la Abuela Ruth, el Abuelo Alberto y tu hermano, el Tio Clemente. Espero que por algún medio puedas leer esta carta, porque de verdad la escribí con mucho amor y admiración.


Con amor,
Tu nieta Eli